El dinero mueve el mundo. Y eso es algo de lo que todos somos conscientes. Al igual que sabemos que quien más rico es, mejor vida, y más facilidades tiene. Y más lejos llega.
Es increíble cómo gente con dinero puede joderte la vida por ese mismo concepto.
Un día, estás mal, necesitas ayuda de diversos tipos, y si tienes la suerte de obtenerla, luego te están jodiendo por ello hasta q dejes de necesitarla. Y si la necesitas de por vida, te aseguro que pasarás el resto de tus días recibiendo palos (metafóricamente hablando, casi siempre).
Porque la ayuda no es gratis. Por mucho que digan que sí, que te pongan buena cara y te digan que no te preocupes de nada.
Y son precisamente esos hijos de puta los que te hacen un infierno todo, para que dejes de requerir sus servicios.
Se meten en tu vida, preguntan, traman… Todo para no tener que gastar en ti el dinero que se podría gastar poniendo una baldosa nueva en La Moraleja.
Si no tienes dinero estás jodido. Y si encima estás enfermo, y no te puedes valer por ti mismo, aún peor.
El odio es un sentimiento nada fructífero para uno mismo, pero hay ocasiones en las que la gente se encarga de provocártelo a raudales. Lo malo es que no sabes exactamente hacia dónde puedes dirigir esa rabia. Y ni siquiera puedes defenderte, porque sigues necesitando su ayuda, por mucho que intenten quitártela.
Sé lo que es vivir con el cinturón apretado, pero últimamente me estoy familiarizando con el concepto “llevar el cinturón al cuello”, ninguna nueva moda traída directamente de París, no, simplemente una forma de ahogarte lentamente, muy sutil, poniendo la clavija cada vez más apretada.
Te pasas la vida sin meterte con nadie, sin hacer daño a nadie, y otros se meten en tu casa pasar destrozarte lo poco que tienes: tu dignidad como persona.
Porque no tener dinero no te hace ser menos que nadie, solo te hace ser pobre ante la mirada de los ricos, pero no para con la verdad.
Porque bastante sufrimiento y dolor supone tener que necesitar una ayuda de tales características, teniendo en cuenta que todo viene por una razón aún más dolorosa; como para también tener que aguantar que otros te hundan más; y si son precisamente de los que procede esa “ayuda”, mucho peor.
Queremos creernos una raza superior, la humanidad.
No somos animales, somos personas, hemos evolucionado, tenemos tecnología, somos civilizados… ¿¿En serio?? ¿En serio lo somos? ¿¿De verdad nos podemos sentir orgullosos de lo que hacemos?? ¿En realidad tenemos derecho a llamarnos “civilizados”? Sinceramente, ¿somos mejores que los animales? No. No lo somos. Somos mucho peores. Cada día es más evidente, pero no todo sale a la luz. Hay cosas que ocurren, de las que solo se entera cierta gente, en según qué sectores: la que lo provoca, y la que lo sufre (en cuyo grupo nos encontramos la mayoría).
Se supone que somos el culmen del mundo, los dueños de todo. Tenemos una inteligencia superior a la de cualquier otra especie. Y precisamente por eso es aún más grave lo que hacemos.
Porque en vez de preocuparnos los unos por los otros, de tener una sociedad civilizada de verdad; lo único que hacemos es dañarnos unos a otros, el pez grande se come al pequeño.
Tanta inteligencia para nada. Para estar como siempre: los ricos siguen siendo ricos y los pobres cada día más. Y si los ricos pueden hacerse un poco más ricos quitándoselo a los pobres, lo serán.
Porque el débil no vale nada en esta sociedad de mierda, porque el necesitado lo estará siempre, y si se le puede hacer que esté aún peor, si se le puede quitar lo que sea para beneficio de los que ya lo tienen todo, se hará.
Porque así de cabrones nos hemos vuelto (y, aunque sea una parte de los perjudicados, me incluyo, porque, por suerte o por desgracia también pertenezco a esta sociedad de maleantes).
Porque a nadie le importa que una persona esté enferma, sin dinero, con el agua hasta el cuello; y que encima le quiten la poca ayuda que le dan.
Porque eso no sale en las noticias y, si sale, es una persona de miles, y se olvida.
Porque solo le importa al que lo sufre como a quien lo ve sufrir.
Y lo peor de todo es que, encima, una no hace nada para que le traten así, como una delincuente; no hace nada como para que le amarguen la vida; solo pide ayuda, esa que te ofrecen con una sonrisa de oreja a oreja, y que luego te reclaman, te presionan, para quitártela, porque, por lo visto, la ayuda gratuita solo es para ricos.
Malditas ratas derechistas con traje de Armani y colchón de billetes.
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lunes, 9 de agosto de 2010
POBRE Y ENFERMO, ¿POR QUÉ NO, MEJOR MUERTO?
por
Rebeca Márquez
Etiquetas:
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=(
ResponderEliminares cierto. el dinero no da la felicidad, vale. pero muchas de las cosas que necesitas para ser feliz no las puedes tener sin dinero.
y luego tienes que hacer malabarismos para que conseguir el dinero que te hace falta para ser feliz no te impida hacer las otras cosas que te hacen feliz. es complicado.