CARTA A UNA HERMANA

Hola, aunque, sinceramente, en mi opinión, tú no te mereces ni los buenos días. Soy yo, esa hermana 8 años menor que tú a la que, por mucho que lo niegues y que te hagas la víctima, le destrozaste la vida.
Supongo que nada de lo que te diga te sorprenderá, tú dirás que es porque de mí te esperas cualquier cosa porque soy mala o injusta o cualquier mentira de las tuyas, pero la verdad es que no te sorprende porque sabes que es la verdad, en el fondo, por mucho que embauques a los demás y que te creas tus propias mentiras, sabes el mal que has hecho y sigues haciendo.
No sé si leerás esto, nunca te has interesado por nada de lo que a mí se refiere, y si así ha sido ha llovido tanto y tan malo desde entonces que ni lo recuerdo. Pero basta que esté casi segura de que no lo leerás para que lo leas, y si así es, me alegro, aunque no cambiará nada, ni en tí, ni en mí.
Quiero que te quede claro que no lamento nada de lo que te he dicho en mi vida, ni de lo que te voy a decir. Dios sabe que lo único que no me perdono es haber llorado por tí, por creer que merecías mis lágrimas.
No puedo decir que ya no sufra por tu culpa, que no me aflija lo que haces, que no me duela la caradura que tienes, es verdad, y de eso te vales, se te da muy bien aprovecharte de las circunstancias, supongo que con los años tu técnica se perfecciona, y sí, lo admito, lo haces de puta madre, tiras la piedra y escondes la mano, haces daño como si tal cosa, y siempre consigues convertirte en "la buena" de la película, la que es "injustamente" juzgada, te aplaudo, sí, eres feliz, o no. Depende de si el día se te da bien ¿ no?
Me pregunto cómo llegas a deprimirte, es decir, ¿no eras tan tan estupenda, tan feliz y todo el mundo te quería? ¿no querías vivir tu vida sin condiciones, sin ataduras, sin responsabilidades (al menos familiares)? Se suponía que eras "la mejor" en todo, que tú llevabas las riendas de tu vida, que tenías dos cojones y no te achantabas ante nadie, que eras "la hija perfecta, la hermana ejemplar" "la pobrecita que que llevaba todo a cuestas". Cómo engañaste a todo el mundo ¿eh? Si ya decía yo, que valías para actriz, es que hasta te creías, y te crees, lo que dices, un guión muy bien aprendido; de verdad, si conseguiste poner a todo el mundo en nuestra contra, vamos, igualita que... una gran actriz. Aunque, evidentemente, a nosotras, las que estábamos de puertas para dentro de casa sabíamos la realidad.
Recuerdo que decías que querías equivocarte, que no atendías a razones, no aceptabas consejos ni de tu madre, y gritabas que te dejáramos equivocarte, ya lo has hecho, ¿satisfecha? Ya puedes estarlo, puesto que todo lo bueno que tenías en tu vida, lo que despreciaste, lo perdiste, y por eso estás así.
Lo peor de todo, es que no te sientes mal porque te arrepientas del mal que has hecho a los demás ( por mucho que finjas que sí, que te creas que sí, no es así), sino que lamentas los actos que te han llevado a esto, las malas elecciones que te han afectado a tí, no a los demás.

Como imaginarás, y ya sabías, conmigo no tienes ni la más remota posibilidad de entendimiento, aunque no creo que te afecte ( aunque lo finjas), aunque otros no lo capten, las dos sabemos la verdad, por mucho que mantengamos la cordialodad, mi perdón jamás será tuyo, y tampoco creo que te importe.
No creas que siento rencor (bueno, no lo sé), lo que ocurre es que una persona tiene que hacer un daño de gran embergadura para llevarme hasta este punto, y tú has hecho todas las cosas que me hacen una por una llenar el cupo, asique decir que tú lo has desbordado sería un eufemismo.

Podría decirte muchas cosas (sí, más), no sabes cuantas, podría dar detalles, podría hecerte quedar más bajo de lo que has quedado; y debería hacerlo, porque te lo mereces, porque todo lo que escribo negativo me lo inspiras tú, porque tú has provocado todo esto, has conseguido meterme tanto mal que, a veces, no me reconozco.
Porque lo que más me duele no es el daño que me has hecho a mí, sino el que le has hecho a mi madre, a tu madre, a la que solo llamas para contarle penas; de la que cuando todo te va bien te olvidas; la que te ha readmitidi 4 veces en casa, después de todo; la que, aunque esté enferma te sigue sufriendo, tus locuras, mentiras, chantajes emocionales, comidas de coco, tonterías, victimismo, a tí, en general. Dices mucho que cuánto la quieres; pues si lo tuyo es amor que venga dios y lo vea.
Y, encima, no se te puede decir nada, no se te puede hablar como a una persona madura ( no lo eres) porque, sino, te pones "mala", hay que tragar porque, ¿qué más da que los demás nos consumamos por entro de dolor? mientras tú estés bien, y no hagas ninguna locura.
Te diré algo, quien hace lo que tú no es que sea malo y retorcido, lo siguiente.
Yo no cederé a tus chantajes, no conseguirás hacerme sentir culpable, no te deseo ningún mal, pero no me das ninguna pena, porque no soy responsable de tus actos, lo eres tú.
Ya me has arrebatado mucho, pero eso se acabó.